La ciudad y el trabajo: el secreto está en la mezcla

La ciudad y el trabajo: el secreto está en la mezcla

La vida social de los pequeños espacios urbanos

Utilizando técnicas que entonces se asociaban más comúnmente con los estudios de tribus indígenas, el proyecto Street Life examinó la relación entre las personas y su entorno inmediato en algunas zonas de Nueva York. Se centraron específicamente en los parques y otros espacios sociales, tratando de establecer qué funcionaba y qué no en esos espacios. Sus conclusiones se recopilaron en un breve libro titulado The Social Life of Small Urban Spaces (La vida social de los pequeños espacios urbanos) y en una película (a continuación).

Lo que este estudio dejó claro es que los aspectos más interesantes de las interacciones humanas tienen lugar de forma ritualizada y predecible; de hecho, unos espacios bien diseñados permiten fomentar esas interacciones. Whyte escribió sobre nuestra tendencia a interactuar de formas concretas, a despedirnos como parte de un ritual de tres fases y a imitar los gestos de las personas con las que entramos en contacto.

También identificó las características de los espacios sociales óptimos, como la proporción entre el espacio para sentarse y el espacio para circular y el gusto por los diferentes niveles de luz en un espacio. Además, recalcó que la utilización de un espacio depende principalmente de que resulte estimulante y atractivo. 

Los nuevos espacios de trabajo

Crear este tipo de entorno es el principal reto para los diseñadores de ciudades y oficinas en la actualidad. No en vano, integrar la realidad del teletrabajo, con espacios para socializar y reunirse en la oficina tradicional, pero también para trabajar en los llamados terceros lugares, es algo que ocupa y preocupa a arquitectos y facility managers de todo el mundo.

Si podemos trabajar prácticamente en cualquier sitio, el propósito de ir a la oficina no puede ser solo trabajar. Por eso las oficinas se están transformando, en constante competencia con los nuevos espacios de trabajo a los que tienen acceso los trabajadores híbridos, lo que está suponiendo un cambio en la forma misma de vivir (en) la ciudad. 

El nacimiento de una nueva relación ciudad-oficina

La adopción generalizada de diversas formas de trabajo híbrido provocada por la pandemia está poniendo en entredicho la relación tradicional entre la oficina y la ciudad. Los centros de negocios que solían ser dominantes en muchos contextos urbanos tienen que aceptar ahora que el trabajo fuera de la oficina puede suponer una quinta parte de todas las jornadas laborales, lo que reduce la demanda de espacio de oficinas y cambia la forma en que se utiliza la ciudad a su alrededor.

Al mismo tiempo, la ciudad ofrece muchos lugares de trabajo alternativos al hogar y la oficina. Los llamados terceros lugares están experimentando un apogeo, multiplicando los modelos y fórmulas disponibles para los trabajadores, desde los consabidos espacios de coworking y cafeterías hasta soluciones que no habíamos visto hasta ahora.

Trabajar en cualquier lugar y a cualquier hora

A medida que la ciudad se abre paso en nuestras oficinas, las personas salen de ellas para colonizar el entorno urbano. Nos hemos acostumbrado tanto a trabajar donde nos parece mejor que, cuando se nos pide que describamos nuestro entorno de trabajo ideal, lo que se nos ocurre es, en esencia, una cafetería de una calle comercial. Así, no cesa de crecer el número de hoteles y restaurantes que se están transformando en espacios de trabajo informales. No en vano, son más discretos que una oficina, pero están igual de bien equipados. Por otro lado, son tan acogedores como el hogar, pero las distracciones no son tan omnipresentes.

Work-Life Blend

Las personas ya no buscan un «equilibrio entre vida profesional y vida privada», sino definir una «mezcla entre vida profesional y vida privada», una combinación perfecta capaz de aumentar la felicidad y el compromiso en el espacio de trabajo. Este es el motivo por el que se está transformando realmente la oficina, «hibridando» las funciones de la ciudad y devolviéndolas al interior: así nacen espacios inspirados en jardines o cafés urbanos, azoteas o bibliotecas interiores, que se proponen como el mejor de los «terceros lugares» aunque sea dentro de la oficina.

Si bien es habitual oír decir que los límites entre el lugar de trabajo tradicional y el mundo exterior se han difuminado, la realidad es que quizá sea más acertado afirmar que, en un número cada vez mayor de casos, estos límites se han erradicado y que la evolución de las ciudades y las oficinas se basa en un intercambio bidireccional de ADN.

¿Le interesa? En el número 18 de Sedus Insights analizamos en detalle las nuevas interrrelaciones de la ciudad, las oficinas y el (tele)trabajo. Haga clic aquí para más información.

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