Los orígenes de la familia Bröcker y su pasión por trabajar la madera en su propio taller de carpintería y ebanistería se remontan a 1864. Con espíritu innovador y una gran cantidad de ideas, la empresa familiar se convirtió en 1998 en líder del mercado en el sector del mobiliario de oficina. La prematura muerte de Renate Bröcker fue el impulso para crear la Fundación Karl Bröcker, el comienzo de una historia que tendría un impacto positivo en muchas vidas. Hoy en día, la responsabilidad social, el compromiso continuo con los empleados y el gran interés por promover el talento joven son valores firmemente arraigados en la fundación. No solo caracterizan la vida de la fundación, sino que también se reflejan en la actitud de Sedus Stoll AG hacia sus empleados y la sociedad.

Karl Bröcker: Visionario con visión de futuro
Karl Bröcker era un hombre con visión de futuro. Durante una visita a una feria comercial de oficina en Düsseldorf en 1964, decidió espontáneamente que los paneles de resina de melamina de un solo color producidos en la empresa familiar serían tan adecuados para el mobiliario de oficina como para el mobiliario de cocina. Solo un año después, presentó al público las series de mobiliario de oficina «Rigo-Norm» y «Rigo-Acta», diseñadas por él mismo.
Los comienzos fueron difíciles, pero Karl Bröcker se mantuvo firme. Gracias a desarrollos pioneros como una mesa de con tablero de alta densidad resistente a las quemaduras de cigarrillos, un escritorio para máquina de escribir con altura regulable sin escalonamientos y la introducción del primer sistema versátil de división de espacios, en solo diez años la empresa familiar creció hasta convertirse en una de las «10 mejores» empresas del sector del mobiliario de oficina en Alemania, y se mantuvo con éxito frente a la competencia europea.
Pero Karl Bröcker no solo sabía cómo llevar una empresa al éxito, sino que también entendía que el verdadero éxito depende de una sólida colaboración dentro de la empresa. Con su gran comprensión humana y social, su agudo sentido del humor y su calma interior, creó un ambiente en el que todos los empleados, independientemente de su función, se sentían parte de la familia. Un talento que este hombre de la región de Sauerland, con su característica modestia, nunca habría dado por sentado.

Renate Bröcker: Defensora de los niños y los jóvenes
A Renate Bröcker le gustaba pensar en el futuro. Ya de joven, estipuló en su testamento que sus bienes se destinaran a una fundación tras su muerte, incluida la empresa «Gesika Büromöbelwerk», que había heredado de su padre en 1987.
Renate Bröcker falleció a los 33 años como consecuencia de un grave accidente de tráfico. En aquel momento, era la única directora general de la empresa familiar en Geseke. Estaba especialmente comprometida con el fomento del talento joven y la formación. Poco antes de su muerte, esta licenciada en Administración de Empresas había puesto en marcha un proyecto modelo para promover la independencia y la capacidad de trabajo en equipo de los aprendices. Con el fin de dar una oportunidad al mayor número posible de jóvenes que abandonaban la escuela, aumentó a 20 el número de puestos de aprendizaje en la empresa.
Renate Bröcker era conocida por su carácter afable y reservado. No le gustaba ser el centro de atención. Por eso estipuló en su testamento que la fundación, creada en 1999, llevara el nombre de su padre. La personalidad de Renate Bröcker sigue caracterizando hasta hoy el trabajo de la Fundación Karl Bröcker.

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