El gran reinicio de las oficinas: por qué la gente quiere volver a la oficina (o no)

El gran reinicio de las oficinas: por qué la gente quiere volver a la oficina (o no)

En su charla, «The Great Office Reset – Why People Will Return to the Office» (El gran reinicio de la oficina: por qué la gente volverá a la oficina), Nardini expuso las razones por las que los empleadores deben ofrecer no solo espacio, sino también un propósito para atraer realmente a las personas de vuelta al lugar de trabajo. Según argumentó, la cuestión no es cómo volver a la oficina tal y como era antes de la pandemia, sino cómo reimaginar por completo su función.

Su argumento se basó en un sólido estudio realizado a más de 50 000 participantes en todo el Reino Unido, que dibujó un panorama claro de la situación actual de las oficinas y la brecha entre la intención y la experiencia.

Entre la elección y la obligación: La realidad de la asistencia a la oficina

Según los datos, los empleados con sede en Londres acuden actualmente a la oficina una media de dos días a la semana, una cifra que se espera que aumente a tres a finales de 2025. Sin embargo, este regreso rara vez es voluntario: el 58 % cita la política de la empresa como la razón principal para acudir, mientras que el 35 % afirma que su superior lo espera. Solo el 19 % considera que ir a la oficina es una decisión totalmente propia. 

Lejos de ser una fuente de energía o entusiasmo, la oficina se percibe a menudo como un amplificador del estrés. El 55 % de los encuestados afirma tener niveles de estrés más altos en el lugar de trabajo, y el 16 % dice que son significativamente más altos. Las causas suelen ser sistémicas: el 76 % afirma que su oficina actual no es adecuada para trabajar de forma concentrada y productiva. Las principales deficiencias son la falta de espacios privados, el ruido excesivo, la mala calidad del aire, la tecnología obsoleta y el diseño poco inspirador.

¿Qué es lo que realmente quieren los empleados de la oficina?

A pesar de estas preocupaciones, la mayoría de los empleados no abogan por la eliminación total de la oficina. Cuando se les preguntó cómo se sentirían si se eliminara por completo su lugar de trabajo físico, solo el 19 % dijo que se sentiría aliviado. La mayoría, el 62 %, expresó curiosidad o preocupación, dependiendo de la alternativa que se les ofreciera. 

Lo que la gente realmente quiere es una oficina que aporte un valor genuino. Un día ideal en la oficina se percibe como algo intencionado, en lugar de obligatorio. El espacio de trabajo está preparado con antelación, el entorno es tranquilo y saludable, y hay diferentes zonas que se adaptan a diferentes modos de trabajo: áreas tranquilas para concentrarse, salones para la creatividad, salas de proyectos para la colaboración en equipo. La tecnología moderna, la buena acústica, el aire fresco y la comida nutritiva no se consideran lujos, sino expectativas básicas. La salud mental y la recuperación no solo se toleran, sino que forman parte de la cultura, junto con las oportunidades de aprendizaje, conexión y crecimiento. 

En este contexto, la oficina ya no es un lugar obligatorio, sino una experiencia que energiza en lugar de agotar. Las personas salen de la oficina con nuevas ideas, encuentros significativos y un mayor sentido de pertenencia. 

Diferencias generacionales y expectativas

Un elemento especialmente revelador del estudio es el análisis generacional, que pone de manifiesto expectativas y valores distintos: 

Los baby boomers (mayores de 61 años) aprecian la rutina, la estructura y la interacción cara a cara. Ven la oficina como un lugar fiable. 

La generación X (45-60) utiliza la oficina de forma estratégica, para el liderazgo, la planificación y la coordinación del equipo. Los espacios tranquilos y eficaces son fundamentales. 

Millennials (29-44): dan prioridad al equilibrio, el bienestar y la flexibilidad. Para ellos, la oficina debe ser un complemento útil al trabajo desde casa. 

La generación Z (18-28) valora la tutoría, la tecnología moderna y las conexiones significativas. Acuden a la oficina en busca de aprendizaje, visibilidad e inclusión social, pero solo cuando realmente cumple con estos requisitos.

¿Qué hace que una oficina sea buena, hoy y mañana?

Cuando se les preguntó qué priorizarían en una oficina rediseñada, los empleados identificaron lo siguiente: 

  • Zonas tranquilas para concentrarse
  • Espacios de colaboración con las herramientas y la tecnología adecuadas
  • Elementos de bienestar, como plantas, mobiliario ergonómico y zonas tranquilas
  • Espacios sociales que fomenten la conexión y el espíritu de comunidad
  • Tecnología fluida para apoyar el trabajo híbrido

Lo que Nardini denomina una jornada de oficina «cuidada» no es casualidad, sino que está cuidadosamente orquestada. Ofrece una selección de espacios en función de la tarea, una colaboración con un propósito, servicios saludables, tiempo para el descanso y la reflexión, oportunidades de aprendizaje y, lo que es más importante, una razón clara para estar presente. 

Conclusión: la oficina debe ganarse su relevancia

La oficina del futuro no será un lugar obligatorio, sino una propuesta atractiva. Su valor se juzgará por la calidad de la experiencia que ofrezca: la capacidad de fomentar la interacción, inspirar la creatividad, favorecer el bienestar y mejorar la productividad. Las organizaciones que comprendan esto y actúen en consecuencia no solo facilitarán el regreso al lugar de trabajo, sino que redefinirán la cultura laboral de una manera más sostenible, más humana y más innovadora. 

Como bien dice Hannah Nardini: 
«La mejor experiencia en la oficina no exige presencia, se gana».

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